¡Hola!
Pues aquí estamos una semana más para contaros cómo nos han ido por
aquí las cosas. La verdad es que para el post de hoy no me gustaría extenderme
demasiado –tarea harto complicada para los que conocéis mi “facilidad de palabra”, digámoslo con finura-, a cambio de incluiros
más fotografías de lo habitual. Ya se conoce el dicho: una imagen vale más que mil palabras...
Aunque algunas de las cosas que
sí os quiero contar son, por ejemplo, que:
Esta semana que termina ha sido la última de la primera fase de talleres
en las seis escuelas, unas actividades educativas que retomaremos de nuevo en
el mes de abril dado que yo el próximo fin de semana viajo a Valencia; entre
otras cosas, para disfrutar de unos días de descanso, que también me tocan... y
necesito J
Pero mi partida de Pemba no conllevará un parón del proyecto en
marzo,¡que va!, el proyecto no tiene vacaciones y al “mando” del trabajo aquí
en Pemba se queda nuestro compañero Azimo Sadaca, ya que desde AHUIM se ha
decidido aprobar e iniciar de inmediato una de las actuaciones que veíamos más
urgentes y necesarias por evidentes cuestiones de salud pública: la construcción de letrinas en la escuela
Eduardo Mondlane, de Maringanha.
La obra, si no hay imprevistos, la iniciaremos este mismo lunes y la
asumirán albañiles de la propia aldea dado que, como sabéis, nuestro proyecto
incluye en todas sus acciones el componente de desarrollo comunitario; y por
ello, se busca y fomenta que todas las actividades repercutan económica y laboralmente
en la gente del lugar donde se ejecuta.
Otro ejemplo, en este sentido de desarrollo comunitario, es el taller
creativo y artístico que incluye el proyecto y que esta semana hemos llevado a
cabo en las escuelas de Muxara y de Maringanha –las otras cuatro lo harán en la
segunda fase-. Los trabajos y estampaciones en textil que realizan los niñ@s en
el transcurso del taller los estamos transformando en útiles como bolsos,
carteras y estuches.
Taller creativo en Maringanha. Comenzando a estampar.
Detalle de la estampación en uno de los moldes.
Y así es como queda.
Felices y contentos.
Y todos orgullosos, incluido el director pedagógico de Muxara, Daniel Bento (al fondo izq.).
Para ello, por supuesto, hemos decidido contar con un “alfaiate” –costurero-, que tiene su
modestito y pequeño taller en Wimbe –donde se sitúa una de las escuelas de
actuación- y él será quien de forma final a las creaciones. Su nombre: Ntacha Antonio, de 45 años, casado y
con 6 hijos. Natural de Quissanga, en el norte de Cabo Delgado, es de la etnia
Mwani y, según nos contaba, comenzó en el oficio con 15 años después de que su
padre lo dejara de aprendiz con otro costurero. Sus manos y su vieja Singer os deleitará a todos con sus
trabajos. Os lo aseguro.
Nuestro costurero, Ntacha Antonio, comienza a trabajar con las estampaciones.
Y aquí los primeros resultados, bolsos y carteritas preciosos.
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